Concurso de vinos «El gato de Schrödinger»
La primera edición de este concurso tuvo lugar el pasado domingo en Granada. Una original adaptación del experimento del «gato de Schrödinger» que traslada la paradoja cuántica a un concurso a ciegas de 6 vinos en la que uno de ellos puede no serlo.
La teoría llevada a la experiencia. La paradoja de ser y no ser vino -acaso vermouth-, que los sentidos primarios no se atreven a desvelar y que inspiraró a José Antonio Gutiérrez Ruz, promotor del evento, para adaptar el experimento cuántico a un concurso que muestra talentos y acerca la experiencia de la cata ciega a profesionales y aficionados al vino. El atrevimiento de este reconocido sumiller fue tal que eligió Granada para su primera edición, algo tan encomiable como el valor del gato de Schrödinger si por voluntad propia se hubiese metido en la caja estanca.
La Corrala de Santiago, en el castizo barrio del Realejo acogió a los 20 concursantes que se atrevieron con la experiencia de descifrar la ficha (país, región, denominación, variedad de uva, añada, bodega, y marca) de 6 incognitos vinos . Todo un reto con la dificultad añadida de contar con un elemento distorsionador: el vino que puede no serlo. Para desvelar la paradoja de ser profeta en tierra de infieles, el jurado formado por figuras como el enólogo Antonio López de la Casa (Fontedei); el sumiller local, Javier Castro (Taberna Granados); Julian Hermoso (sumiller Casa Antonio); y Jesús González (sumiller La Tana) certificó como primer ganador del Concurso «El Gato de Schrödinger» a Luís Alberto Montes Salas (Taberna Los Luises). El segundo premio correspondió a Beatrice Henriksson (Cafetería El Doce) y el tercer puesto para José Zambrano (sumiller de Restaurante Damasqueros)
Tras el concurso, y para relajar la tensión competitiva, concursantes y asistentes al evento tuvieron ocasión de liberar su hedonismo frente a más de 60 joyas de la bodega española, entre los que se encontraban los vinos granadinos de Fontedei (Zacatín), Haza del Lino (Ollero), Calvente (Guindalera blanco, y tinto), Los Barrancos (Corral de Castro, Loma de los Felipes, Cerro de la Retama), y «El Moreno» de bodega Mil300; que pusieron el broche final a una magnifica cena-buffet en uno de los rincones más bellos y románticos de la Granada viva.